Quis custodiet custodes ipsos?

Ideas extraídas de la traducción de blogoff del ensayo «The Eternal Value of privacy» publicado en Wired por Bruce Scheiner

– Si no estás haciendo nada malo,… ¿por qué no me dejas vigilarte?

– Porque el gobierno es el que que define qué está mal y cambian esa definición contínuamente. Porque podrías hacer algo malo con mi información

Esta argumentación, sin dejar de ser cierta, se fundamenta en la premisa de que la privacidad trata sobre esconder algo malo. Al contrario. La privacidad es un derecho inherente al ser humano y un requisito para mantener la condición humana con dignidad y respeto.

¿Quien vigila a los vigilantes? | El poder absoluta corrompe absolutamente

Si alguien me diera seis líneas escritas de la mano de hombre más honesto, encontraría algo en ellas para colgarle (Cardenal Richelieu). Es decir; vigila a alguien el tiempo suficiente y encontrarás algo para arrestarle o simplemente chantajearle. La privacidad es importante porque sin ella, la vigilancia abusará de la información recogida.

En definitiva; la privacidad nos protege de los abusos de aquellos que están en el poder. La privacidad es un derecho humano básico, ya que si somos observados en cualquier asunto, estamos constantemente ante la amenaza de correción, juicio, crítica e incluso plagio de nuestra propia singularidad. Perdemos nuestra individualidad, porque todo lo que hacemos es observable, grabable.

Muchas veces el debate se centra en «seguridad vs. privacidad», cuando en realidad es «control vs. libertad«. Por eso tenemos que pelear por la privacidad incluso cuando no tenemos nada que esconder.

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