SOMOS GRADO y otros complejos semánticos

Un realidad:

17.000 alumnos se han quedado sin saber que nombre tienen las titulaciones de las carreras que están cursando, antes eran Grado, ahora, supuestamente, Titulados Superiores.

La primera reacción:

Los piiiiiip de la Universidad de Granada nos han quitado el título de Grado

Señalo el nos, porque me interesa analizarlo en profundidad. Nos es aquí la forma en dativo del pronombre personal de primera persona en plural, y que el que recuerde las clases de análisis de oraciones sabrá que para encontrar el complemento directo que marca el dativo hay que realizar la pregunta: «¿a quién?» o «¿para quién?

Pues bien, procedamos:

¿a quién le han quitado el título de Grado los piiiiiip de la Universidad de Granada?

Obviamente la respuesta inmediata es a nosotros, pero no nos olvidemos. No nos han quitado un derecho adquirido. Nos  han dicho que ese derecho que creíamos haber tenido nunca ha sido legalmente nuestro.

El sentido común es tajante en este momento. Según la LOU (ley que regula las enseñanzas universitarias) y la LOE (ley que regula las enseñanzas no universitarias), Grados solo se pueden impartir en las Universidades. ¿Que otros países tienen Enseñanza Superior no Universitaria de Grado? Es cierto, pero no tendrán una división legal entre enseñanzas que se base en:

  • Universidad
  • No universidad

Ahora mismo, todo el aparato legal español contempla esta división, nos guste o no, y nos hemos de ajustar a ella en estos momentos.

Al mismo tiempo las Universidades pasan unos controles de calidad para verificar la calidad de todos sus títulos, y las Enseñanzas Artísticas Superiores no. Así que es de cajón (por mucho que le cueste entender a quien no quiera atender a este argumento) que con diferentes obligaciones no podemos exigir los mismos derechos. No nos podemos llamar Grado, no a causa de una Universidad que nos tenga manía, sino a causa de nosotros mismos, que no cumplimos los requisitos para ser grado.

Pero pese a todo esto, determinados sectores se empeñan en seguir reclamando un reconocimiento semántico de «SOMOS GRADO». Y para ello, para reclamar su definición de grado no quieren adaptar sus centros y estructuras a las exigencias que conlleva la palabra grado, sino que abogan por el cambio de las obligaciones que marca la ley para poder ser grado. De esta actitud se desprende algo bastante evidente:

A algunos no les han quitado el título de Grado, creo que les han quitado el sentido común.

Las soluciones a esta crisis se resumen en dos:

  1. intentar cambiar las exigencias de la ley para ser grado
  2. intentar adaptar nuestras obligaciones para ser grado

Cada cual que elija su camino. Pero tengamos en cuenta que para la primera solución hay que modificar leyes orgánicas, y especialmente leyes orgánicas que afectan a la universidad, y…

¿en serio se va a poder modificar la Ley Orgánica de Universidades para que diga que grado también se puede impartir en centros no universitarios y que no pasan el control de calidad que sí están obligadas a pasar las Universidades?

¿Acaso las Universidades no opinarán nada ni tendrán capacidad de decisión respecto de esta solución que modificaría su Ley Orgánica?

Y en caso de que se diga que se puede impartir grado en centros no universitarios, sin duda que se nos obligará a pasar controles de calidad. ¿estaremos dispuestos a ello? ¿seríamos capaces de superarlos, si nuestra actitud inicial es la de adaptar la ley a nuestros centros, y no nuestros centros a la ley?

Pero no se preocupen por estas disquisiciones morales. Los déspotas ilustrados ya han encontrado la solución. Es mucho más simple de todo lo que hemos intentado reflexionar hasta ahora.

  1. Queremos ser Grado
  2. No podemos ser Grado
  3. Pues,… ¡pongamos una coletilla a nuestro nombre para que no nos exijan lo mismo!

La solución es tan simple, que roza lo absurdo.

Si no podemos ser Grado, seamos Grado en Enseñanzas Artísticas equivalente a Grado.

Y así satisfacemos los deseos semánticos de aquellos que quieren ser grado, ya que aparecerá la palabra grado en su título. Pero que luego habrá que seguir explicando que es equivalente al Grado, al bueno, al de verdad, al de toda Europa. Tener que explicar que el Grado en Enseñanzas Artísticas es equivalente a Grado, no veo yo que sea ninguna mejora sustancial respecto a ser Titulado Superior equivalente a Licenciado.

Me hace gracia ver como aquellos que defienden tan fehacientemente que SOMOS GRADO se van a conformar ahora con un Grado CON COLETILLA. Aquellos que no querían equivalencias, ni similitudes, sino la igualdad total van ahora a venderse por una similitud únicamente nominal. ¿Cambiarán su consigna por la de SOMOS GRADO EN ENSEÑANZAS ARTÍSTICAS?

Para muestra, un botón:

A mi personalmente la coletilla de artístico no me molesta para nada…es lo que somos o pretendemos ser…ARTISTAS… y si a todos los efectos somos iguales y por fin tenemos el nombre de Grado yo me doy por satisfecha.

Y para que veáis que los partidarios de la no incorporación a la universidad ya no van a luchar por conseguir ser grado, sino únicamente por que ponga la palabra grado de cualquier forma dentro del complejo nombre de título que intentan engendrar, aquí el documento que lo demuestra.

Sin título

Después de todo esto, sólo puedo pensar en una cosa:

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