Tres Reflexiones en EL PAIS sobre los Grados

Parece ser que estos días estamos viviendo una guerra de comunicados de los diferentes directores de centros de enseñanzas Artísticas. Yo, sinceramente, estoy empezando a tener problemas en estar al tanto de todos dada la velocidad a la que se producen y por los diferentes cauces informativos que me llegan.

Ahora simplemente, enlazaré y comentaré brevemente tres artículos que se han publicado en la sección de Aula Libre en EL PAIS.

Primer artículo: Juan Ángel Serrano, presidente de ACESEA

Titulado, El monopolio de un vocablo.

Se basa en argumentar que la Universidad, no puede tener el monopolio de la denominación de Título para sus grados.

Dice que

«¿Cómo es posible que exista la posibilidad de impartir un posgrado y no la haya de impartir un grado?»

Pero no detalla que esto es así porque lo que se deja impartir es un Máster en Enseñanzas Artísticas, y el Grado debía de haberse denominado Grado en Enseñanzas Artísticas, y no grado a secas ( más información aquí ).

También argumenta que:

En otro orden de cosas, sería bueno recordar el apartado tercero delartículo 58 de la LOE: «Los estudios superiores de música y de danza, se cursarán en los conservatorios o escuelas superiores de música y danza y los de arte dramático se cursarán en las escuelas de arte dramático: los de conservación de bienes culturales en las escuelas superiores de conservación y restauración de bienes culturales; los estudios superiores de artes plásticas en las escuelas superiores de la especialidad correspondiente y los estudios superiores de diseño en las escuelas superiores de diseño”. Y la LOE, que sepamos, no ha sido recurrida.

Pero no explica que las titulaciones superiores a las que se refiere la LOE en la propia LOE deja muy claro que se llaman Títulos Superiores.

El enlace al articulo: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/17/actualidad/1329508946_229370.html

Segundo Artículo: Fernando Carrera Ramírez, director de la Escuela de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Galicia

Titulado, Tempestades Artísticas.

Genial descripción inicial de la situación que se vive estos días:

 Los artistas estamos en pie de guerra: todos contra todos, confundidos en la bruma generada por esta repentina tempestad. Pero seamos más precisos, no se trata tanto de una guerra entre artistas, más bien entre aquellos encargados de formarlos: es una batalla encarnizada, pues se confronta mucho egocentrismo.

Hablando de generales…

 Como casi siempre, la declaración de guerra la han dirigido unos generales que apenas representan a una soldadesca que empuña embriagada las armas poderosas, pese a que apenas llega a intuir las últimas razones, los objetivos sabiamente ocultos. Porque, muy probablemente, dichos motivos sean menos espirituales de lo que desearía ese soldado todavía idealista.

La declaración de guerra:

 la batalla la plantearon las enseñanzas artísticas, que en una hábil maniobra diplomática consiguieron publicar un documento (Real Decreto 1614/2009) que pretendía prohibir a la Universidad implantar ciertos estudios de grado. Era una pretensión ingenua, porque la Universidad ya lo había hecho y porque nadie podía imponer una decisión de tal relevancia a la institución de la educación superior por excelencia.

Las verdaderas traiciones:

Se nos dijo que era una victoria sin matices producto de la cual nos convertíamos en la auténtica institución de la enseñanza artística superior, con todos los derechos y virtudes de esa condición. Se nos dijo que el logro de la titulación de grado era la demostración de nuestra pertenencia al selecto club del Espacio Europeo de la Educación Superior. Mientras tanto, la Universidad preparaba un legítimo contraataque cuya resolución queda taxativamente aclarada en las diversas sentencias dictadas por el Tribunal Supremo: los grados son universitarios y no pueden desenvolverse en las enseñanzas artísticas, que habrán de conformarse con un incómodo “equivalente a”. Tras la derrota, los mismos generales que vendieron como victoria apabullante el logro del grado declaran ahora que se trata de un problema menor, de una mera cuestión nominal, sin mayor trascendencia.

Una nueva esperanza:

Conscientes de esas carencias, un grupo de soldados, sargentos y capitanes hemos decidido levantar la voz para decir que existen posibilidades de integrar estos estudios en la Universidad y acabar de un plumazo con esta situación injusta. Una escena que nos sitúa ante títulos de grado oficialmente acreditados, con reglamentos y normativa clarificadora, con regímenes laborales dignos, con dotaciones suficientes, con optimización de recursos, con movilidad internacional, con investigación dinámica, con posibilidad de doctorado, con todo aquello que se nos ha escamoteado largamente por razones nunca explicadas pero utilizando el demagógico lenguaje del enfrentamiento a una Universidad devoradora. Esa misma Universidad a la que exigiremos la admisión de nuestros rasgos particulares, nuestros métodos, aquellas cosas buenas que pueden asimismo enriquecerla.

El enlace: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/17/actualidad/1329510451_638227.html

Tercer artículo: Doce Decanos de Bellas Artes

Titulado, Sentido común y títulos universitarios

Empieza de forma contundente apelando al sentido común, más que, incluso, al de justicia:

el Tribunal Supremo anuló -parcialmente- un real decreto que permitía otorgar los mismos títulos que imparte la Universidad a instituciones no universitarias […] Y, por si no fuera suficiente, esa misma norma contenía la posibilidad de impedir que las universidades pudieran ofrecer títulos coincidentes en esos ámbitos, sin tener en cuenta que algunos de estos ya venían haciéndolo en las facultades de Bellas Artes desde que estas se incorporaron a la Universidad, hace más de 30 años.

¿Y cómo se ha conseguido eso?

En apenas dos párrafos de un Boletín Oficial del Estado, se había conseguido identificar a las escuelas con las universidades y cercenar las competencias que a estas les asigna la Constitución. Y se preguntarán cómo… Pues no a través de un sistema de acreditación de sus títulos, ni de centros y profesores; ni tampoco por un proceso de adscripción de cada escuela a una universidad. No con las mismas exigencias de calidad que tienen todos los estudios universitarios, sino mucho más fácil: por decreto.

Haciendo un poco de historia para los temerosos:

Puesto que hasta el año 1978 ocupábamos el mismo ámbito académico que las escuelas superiores, ya que nuestros orígenes fueron los mismos, conocemos muy bien el cambio que supone haber entrado en la Universidad. Las facultades de Bellas Artes acreditamos la calidad de nuestras enseñanzas mediante los mismos procedimientos que lo hacen el resto de facultades y centros universitarios: sometemos nuestras titulaciones a la exhaustiva revisión de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (ANECA), tal como se exige para el resto de los títulos españoles del Espacio Europeo de Educación Superior. Además, la Universidad ofrece a sus estudiantes la posibilidad de realizar un recorrido completo y coherente desde el grado al doctorado, en una misma línea de especialización progresiva y con un reconocimiento asociado al prestigio de la institución.

La verdadera oportunidad:

No obstante, algunas escuelas han entendido que la sentencia, más que un problema, supone una oportunidad para pedir su adscripción a la Universidad, y abre definitivamente la vía para que también los estudios de danza, arte dramático y música entren en la Universidad y se produzca la normalización plena de las enseñanzas artísticas superiores. Nos parece lógico que se cuestione si tiene sentido mantener dos estructuras paralelas que, además de conducir a paradójicas, confusas y conflictivas situaciones, como la ahora vivida, conllevan un coste económico de difícil justificación.

Enlace al artículo: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/17/actualidad/1329506569_961623.html

La Guinda. ¡Que viene el COCO!

En dramaloxia hacen una pequeña reflexión también sobre estos mismos tres artículos.

Sobre el primer artículo dicen:

 insiste en los viejos argumentos que hemos estado oyendo en todos estos años, e implica que la dirección de ACESEA no está dispuesta ni siquiera a considerar la posibilidad de estudiar una cauce de integración en la Universidad, aunque algunos de los centros asociados opinen lo contrario.

Sobre el segundo artículo:

está lleno de ironía y me gusta especialmente esa alusión a la revuelta de la clase de tropa, y muy acorde con los tiempos que vivimos en los que las decisiones se toman en las altas esferas olvidando la opinión de las gentes del común, de las personas.

Acerca del tercero:

afirman y confirman nuestro camino y nos invitan a seguirlo, además de contestar con contundencia y desmontar con argumentos sólidos y no con tópicos los argumentos de la otra parte. Podemos deducir del trabajo de los decanos y decanas que en la universidad pública española hay una actitud positiva hacia nuestras enseñanzas y la voluntad de integrar las nuestras en sus estructuras académicas.

Enlace a dramaloxia: http://dramalogia.blogspot.com/2012/02/la-univesidad-y-el-coco.html

2 pensamientos en “Tres Reflexiones en EL PAIS sobre los Grados

  1. Antonio Simón

    Quería darte las gracias por la labor que estás haciendo, José Luis. Para muchos de nosotros tu blog se ha convertido ya en el sitio de referencia para seguir esta revolución que ya está en los centros y que esperemos que, está vez sí, termine en triunfo con la incorporación de las EEAASS a la Universidad. Por mucho que le pese a los capitostes de ACESEA que, como se está ya viendo, van a ser un tremendo peso muerto que hará nuevamente por arrastrarnos a los abismos del sistema en los que llevamos décadas viviendo. Gracias de nuevo y mucho ánimo a ti y a todos los que están ahí fuera empujando un poquito para llegar esta vez a buen puerto. Un saludo.

  2. Oysiao Autor de la entrada

    Gracias Antonio. El cambio es posible si TODOS hacemos aquello que está en nuestras manos para conseguirlo. Mucha gente deseamos la caída de los viejos estamentos de poder que parasitan las EEAASS y se autoatribuyen una representación que nunca han tenido. La información es la mejor arma que tenemos para defendernos contra ellos.

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