El Lenguaje de Índices o el talón de Aquiles de la Pedagogia
Una pequeña anécdota
Como profesor tengo una constante relación con la pedagogía y mientras me formaba para sacar unas oposiciones tuve más o menos relación directa con unos cuantos pedagogos. No voy a hacer aquí una disquisición moral sobre si la pedagogía es buena o mala (centrándonos en las corrientes pedagógicas que inspiran a la LOGSE y la LOE). Yo considero que es buena de base, pero el problema no es su marco teórico y metodológico, sino las personas que están detrás. Véase una frase famosa al respecto.
Recuerdo que cuando hice el CAP (Curso de Aptitud Pedagógica) tuve dos profesores completamente distintos. Uno me encantó y aprendí mucho de él, y el otro sigue siendo aun un misterio para mi. Con este segundo profesor únicamente pude llegar a una conclusión lógica:
Imaginemos que existe el mejor libro del mundo sobre la asignatura que impartía. Ese libro lo contenía todo, a un nivel de detalle tremendo. La edición era tan exquisita, como para que cada capítulo tuviese en su cabecera un breve resumen destacando los conceptos claves que se iban a tratar. Ahora, sigamos imaginando. Cogemos unas tijeras y recortamos todas las palabras (he dicho palabras, no frases) que hay en cada uno de esos resúmenes de capítulos, pero no recortamos nada del texto de los capítulos. Metemos todo el confeti de palabras obtenido en una bolsa negra y lo agitamos bien. Después de este proceso, vamos sacando una a una las palabras de la bolsa de forma azarosa y tal cual van saliendo las recitamos.
Así hablaba ese profesor.
El Lenguaje de Índices
Esta pequeña anécdota me ayudó a formular uno de los problemas que le vi a muchos pedagogos o a como se suele enfocar erróneamente la pedagogía. A este problema lo llamé: Lenguaje de índices.
El problema del lenguaje de índices me da la sensación que surge por dos motivos:
- El mundo globalizado de la comunicación, en el que es relativamente fácil acceder a la práctica totalidad de la información que se genera en un campo o área concretos (y no me refiero a buscar en google únicamente, sino a comprar libros, buscar revistas especializadas en bibliotecas, etc…)
- Los temarios de oposiciones.
¿Y que tiene que ver el mundo globalizado con los temarios de oposiciones?
Si todo ha ido bien durante la carrera, a los famosos temarios de oposiciones (con los cuales se hace tanto negocio) no se les debería conceder una importancia mayor que a los apuntes que se toman durante la carrera, o los libros que la gente ha adquirido o consultado durante su formación. Pero desgraciadamente esto no es así. Los temarios de oposiciones son como «lo que hay que comprar para aprenderse y aprobar oposiciones«. Ya que los apuntes de la carrera son incompletos o poco precisos.
Es algo cuya lógica siempre se me ha escapado. ¿Por qué tengo que ponerme a estudiar cosas nuevas o que no me habían explicado durante la carrera para aprobar una examen como docente de esa carrera? Está claro que una academia de preparación de oposiciones es como un repaso, pero de ahí a que se convierta en una nueva fuente de información que antes se ha mantenido en secreto es algo que, creo yo, indica un fallo del sistema.
Pues bien, en este afán de nueva información que se tiene para preparar las oposiciones (afán que muchas veces no se ha manifestado por parte de los alumnos en su formación) junto con la facilidad para acceder a la información, pero teniendo en cuenta el reducido espacio de tiempo del que se dispone para escribir el tema, hace que se busque hablar de todo sin concretar nada. Hablar de todo para no dar la impresión de que se desconoce tal aspecto del tema, pero sin concretar nada, por falta de tiempo, y por la tarea ciclópea que requeriría saber de todo en detalle, ya que lo que se persigue es aprobar una oposición, no saber realmente y en detalle del tema.
Mi tesis es que un efecto parecido pasa a un nivel más fundamental en la pedagogía. Tal y como la conocemos por la LOGSE/LOE, la pedagogia se basa en un proceso muy simple.
Tengo unos objetivos. Para llegar a esos objetivos uso una metodología que hace que el alumno adquiera unos conocimientos/contenidos y luego, con criterio, evalúo el grado de consecución de los objetivos previstos.
Los objetivos, con que sean realistas es suficiente. Los criterios de evaluación se supeditan a los objetivos. Pero lo contenidos…¡ay! los contenidos… ahí radica el problema.
Los contenidos son la piedra fundamental para que todo funcione correctamente. Cuanto mayor sea el conocimiento de los contenidos por parte del profesor mejor podrá aplicar la metodología para enseñarlos y podrá aspirar a objetivos exigentes con más facilidad. Y el problema de la pedagogía se da cuando utiliza el Lenguaje de índices con los contenidos. Cuando se preocupa únicamente de ir nombrando contenidos, suponiendo que simplemente con citarlos (o citar a la mayoría) ya está claro que se conocen con profundidad.
Un ejemplo: El paso de pulgar en el piano.
Podemos pensar:
el paso de pulgar se enseña en tal curso de piano, porque así está determinado en la programación. El objetivo es que el alumno toque una obra en la que aparecen los pasos de pulgar. Pues le ponemos escalas, la obra con paso de pulgar, le decimos al alumno lo que es el paso de pulgar y que lo practique en casa.
Pero, ¿la persona que enseña sabe lo que significa un paso de pulgar?
Al pedagogo le habrán enseñado reglas para motivar al alumno, poner obras con pasos de pulgar que sean divertidas para el niño. Pintar de colorines el lugar del paso de pulgar o hasta incluso, si ha recibido una buena formación, tendrá un pequeño recetario de ejercicios para practicar el paso de pulgar aisladamente.
Y todo esto está muy bien. Pero el nivel de concreción al que estamos llegando es del concepto: Paso de pulgar. Cuando el concepto Paso de Pulgar se puede desgranar en mil aspectos más. De esta forma incurrimos en un lenguaje de índices. Sobre el paso de pulgar y como enseñarlo se podrían escribir tomos y tomos.
- ¿Acaso sabemos el movimiento muscular que ha de hacer la musculatura de la mano para realizarlo?
- ¿Queda claro que para determinadas situaciones no hay que mover el brazo?
- ¿Todos sabemos que tipo de ejercicios y esfuerzo muscular es el adecuado para el niño en su etapa de crecimiento de ese momento? (véase entrada sobre la contextualización del alumno)
- ¿Se ha estudiado en la carrera el movimiento a cámara lenta del paso de pulgar de Michelangeli en los vídeos que tenemos?
- ¿Se tiene claro la actitud postural y muscular del resto de dedos y del cuerpo durante el paso de pulgar?
- …
Conclusión
Está claro que no se le va a hablar al alumno en términos que escapan de su comprensión, pero la formación pedagógica del profesor ha ido encaminada más en saber que existe el paso de pulgar y en enseñárselo al niño motivándolo sin que se haya diseccionado hasta el más mínimo detalle sobre el paso de pulgar. Y esto es solo un ejemplo de algo que se enseña en los primeros momentos de la carrera musical, imaginemos el grado de complejidad que podrán tener conocimientos más avanzados.
Entre los pedagogos, yo me he encontrado con que la mayoría suelen saber nombrar los índices de todo y después te dicen como hacerlo bonito para que lo aprenda el niño, pero con lo que es fundamental, los detalles, parece ser que no se tienen los objetivos tan claros.
Nombrarlo todo, pero no detallar de forma científicamente precisa nada, eso es el lenguaje de índices. No en vano, los textos pedagógicos están repletos de listas y epígrafes.
- Futuro del Blog y normas en comentarios
- Crónica de una muerte anunciada: Comisiones de Servicio en Conservatorios Superiores
Que buen articulo!